Otro tema educativo discutido en días pasados es el de las jornadas y vacaciones de los alumnos de primaria y secundaria ("primaire" y "collègue"). El jueves 9 de diciembre, la mayoría de los medios informativos comentaban el debate que suscita la semana escolar de las primarias, así como el programa piloto “Clases en las mañanas, deporte por las tardes” de los collègues.
Hay que saber que los chamacos de primaria asisten 4 días a clases, ya que el miércoles lo tienen libre o pueden ir a la escuela para actividades no-académicas opcionales. Ese día es curioso ver a muchos padres y madres merodear por las calles acompañados de sus críos, haciendo todo por entretenerlos y mantenerlos ocupados, ya sea con una actividad recreativa o algo más educativo, como leerles un cuento en la mediateca José Cabanis, la cual tiene todo un piso dedicado a los pequeños.
De acuerdo a la edición del 9 del diario 20 Minutes de Toulouse, los niños franceses asisten 36 semanas a clases, contra un promedio de 38 de otros países europeos, lo cual es equivalente a 926 horas contra 759. Es decir, jornadas diarias más cargadas en horas como resultado de periodos vacacionales más largos que en otros países. “Lo ideal es el modelo de Países Bajos donde los alumnos tienen 40 semanas y la enseñanza está repartida en 5 días”, apunta la publicación.
Jules Ferry, promotor de las leyes de laicisación
de las escuelas francesas, base para la educación nacional actual.
El otro motivo de discusión es la “falsa buena idea” del programa piloto en las secundarias. Según asociaciones de padres de familia consultadas por La Dépêche du Midi la jornada de “Clases en las mañanas, deporte por las tardes” es una medida interesante pero contraproducente, ya que consideran que es por las tardes cuando los adolescentes están más dispuestos a adquirir conocimientos. Por su parte, las autoridades escolares creen que el programa permite que los alumnos adquieran autonomía pues ellos son los responsables de organizar las actividades deportivas.
Suceda lo que suceda con ambos casos, me parece interesante y rescatable conocer otros sistemas educativos que, además, generan debates diversos sobre su funcionamiento, sobre sus ventajas y desventajas. Desde que llegué acá no he dejado de pensar en esta modalidad de clases por la tarde, pues es una manera de que los jóvenes hagan las tareas y ocupen su tiempo en actividades extracurriculares, por ejemplo. Y bueno, lo del miércoles libre es algo que en México sería rarísimo, sobre todo si pensamos que el propósito es que los padres de familia pasen tiempo de calidad con sus hijos, lo que significa salir de sus trabajos...
En México el problema con propuestas similares es el espacio y las jornadas laborales rígidas y estrictas. Los planteles públicos son usados por los turnos matutinos y vespertinos, lo que hace difícil un proyecto así. Y en general, no sé qué tan dispuestas estén autoridades y profesores a alterar de esta forma sus horarios de trabajo y su rutina diaria.
En cuanto a que el trabajador deje de ir los miércoles a su puesto o se ausente parte de él, ya quiero yo que alguien lo proponga y que algún consejo empresarial ponga el grito en cielo.
Es bonito soñar.
hace muchos, muchos años en varias escuelas del d. f. (particulares) se dividian en 2 los días.
ResponderEliminarmañana puro ingles y tardes puro español. los horarios eran de 4 horas en la mañana y 3 horas en la tarde. cuando llegabas a casa tenias que hacer la tarea y ya casi no te quedaba tiempo de nada, nada, nada. m.m.