jueves, 16 de diciembre de 2010

El vestido blanco de la Ciudad rosa


Desde que empezó el frío digo que éste no vale la pena si no hay nieve; muchas molestias para pocos beneficios. Poco sol, mucha ropa y nada de vestido blanco para la vista.

Hoy, al fin, la Ciudad rosa empezó a sacar sus ropajes blancos.

Plaza Charles de Gaulle, detrás del Capitole

Aunque en el centro de Toulouse –donde vivimos- los copos se derriten al contacto con el asfalto, es posible ver su danza graciosa y la forma en que reposan tranquilos sobre las hojas que aún se mantienen sobre ciertos árboles y arbustos un tanto ignorantes de la estación.


Para los inmigrantes poco acostumbrados a estos fenómenos naturales –entiéndase yo-mero- esta mañana fue motivo de alegría. También fue la causa de una nueva rutina que me gusta llamar la técnica de las cebollitas.

Aunque traje botas para nieve, ropa térmica y chamarras abrigadoras, como una bonita cebolla, esta mañana me cubrí de capas y capas de algodón, mezclilla y fibras sintéticas

Conteo final: tres playeras, dos suéteres, una chamarra; un pantalón térmico y unos vaqueros; dos pares calcetines y botas para esquiar.

Resultado final: movilidad limitada, temperatura controlada.

Et voilà la neige : la Ville Rose porte sa blanche robe!


  

1 comentario:

  1. ojala y no te vaya muy mal con la nieve. el frio es canijo. pero como cebollin te ira bien.
    y ademas podrás presumir de que te toco ver y sentir la nieve.m.m.

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