domingo, 29 de abril de 2012

Peor que en Camarón

Gracias a una clase de video documental en mis años universitarios me enteré que en Veracruz existe un lugar que se llama Camarón. Y no solo eso, sino también que ahí se libró una batalla durante la Intervención Francesa.

Los protagonistas de mi trabajo final eran Los Legionarios. No los de Cristo sino un grupo de motociclistas que, al investigar sobre el origen e historia de su nombre, desubrieron que cada 30 de abril, representantes del ejército mexicano y del francés conmemoran aquella batalla ocurrida en esa fecha de 1863 donde Francia estuvo presente a través de la Legión Extranjera.

Tiempo después, al entrar en contacto con la cultura francesa a través de mi esposa, descubrí que, si bien la campaña militar en México no es muy estudiada en la historia oficial gala, sí existe una frase que alude a este momento en particular: "peor que en Camarón" (o Camarone, como lo escriben por allá). Y aunque muchos ni siquiera saben su origen, la frase sigue presente.

Memorial de la batalla

El 30 de abril de 1863, un destacamento de la Legión Extranjera bajo las órdenes del capitán Jean Danjou tiene el encargo de proteger a un convoy proveniente de Veracruz que trasporta dinero y armas para los franceses.

A las 7 de la mañana el destacamento de 72 hombres es atacado en Palo Verde, los cuales se refugian en el patio interior del albergue de Camarón, el cual estaba rodeado por muros de tres metros de alto. Danjou decide resistir ahí el mayor tiempo posible con el fin de que el convoy no sea atacado por el enemigo.

Un oficial mexicano, considerando lo desproporcionado de las fuerzas -el ejército mexicano cuenta con 600 elementos de caballería y mil 200 de infantería- propone al capitán Danjou que se rinda. La respuesta no se hace esperar y el ataque comienza a las 10 de la mañana.
Imagen obtenida del blog Terre & Peuple Provence
A mediodía, Danjou es asesinado con una bala en pleno pecho. Dos horas más tarde, el subteniente Vilain cae de su torre y los mexicanos incendian el albergue mientras los legionarios siguen resistiendo. A las 5, el subteniente Maudet aún resiste con apenas 12 hombres. Una hora después, al asalto final sucede: no quedan más que cinco hombres aguantando al fondo del patio, bayoneta en mano y con un cañón, armas que usan para defenderse de los atacantes. Maudet y dos hombres más caen.

No queda más que el caporal Maine y dos soldados. El coronel mexicano les pide que se rindan. Los legionarios aceptan con la condición de que les permitan conservar sus armas. La respuesta: "No se le niega nada a hombres como ustedes".

Los 72 hombres de Danjou han resistido durante 11 horas ante 2 mil combatientes mexicanos que acabarán con un conteo de muertos y heridos que suman 600 efectivos.

Cada año, el 30 de abril, en Camarón de Tejepa, Veracruz, se pueden ver a dos destacamentos militares, uno mexicano y otro francés, que rinden homenaje a los 72 héroes de Camarón.
Pequeña diferencia:
la placa conmemora la proporción de "diez contra 40",
la cual es exacta, pero habla de 10 y no 11 horas de batalla.
Traducción personal del texto "Camarone" contenido en el libro L'Histoire de France. De 1789 à nos jours POUR LES NULS de Jean-Joseph Julaud (Éditions First, 2006; página 185). O lo que es lo mismo, La historia de Francia para tontos.

domingo, 8 de abril de 2012

El Gallo y el chocolate de Pascua

Quien afirme que los franceses -y los católicos- no tienen sentido del humor, se equivocan.

La leyenda sobre las razones para regalar chocolate el lunes posterior a Pascua es la prueba irrefutable -o al menos en la versión que cuenta mi mujer.

Según ésta -la versión, no mi sacro-santa mujer- el Viernes Santo, al enterarse de la muerte de Jesús, las campanas de todas las iglesias de Francia volaron al Vaticano para encontrar consuelo en el Papa. El Domingo de Resurrexión, al enterarse de la buena nueva, regresaron a sus lugares de origen.

Como cualquiera sabe, las campanas son un tanto ladronzuelas, así que "tomaron prestada" un poco de la riqueza de la Santa Sede mientras el Papa vertía el Mediterráneo por sus ojos. En el camino de regreso, al agitar sus badajos de júbilo, la mitad de esta riqueza se les escapó, nomás que en forma de monedas de chocolate.

Por eso las campanas enmudecen desde el viernes hasta el domingo, y los niños -y uno que otro adulto- se atasca de chocolate el lunes... y el resto de la semana.

¡¡¿¿Por dónde empezar, oh Dios mío??!! ¿Cuál de las inexactitudes históricas me hace reír con más fuerza? Dios sabe que yo no lo sé...

¿Iglesias católicas en la "Francia" del año 33 D.C? ¿Vaticano y Papa al mismo tiempo que Roma persigue a los seguidores de Jesús? ¡Oh là là!

Y bueno, para rematar, aquello de que "toman prestada" la riqueza del Vaticano pero el pueblo la recibe en forma de chocolate, bueno... Para qué ahondar en el asunto... Solo utilizaré un término cibernético que detesto pero que queda a la perfección ahora: LOL.

Leyenda, mito o invento, mañana es el día en que los franceses obsequian chocolate, en forma de moneda, de huevo, de conejo, en barra o hasta con forma de gallo. ¿Chovinistas? No, para nada...

Pascua, junto con San Valentín y Navidad es de las temporadas en que las tiendas especializadas hacen su agosto.

Después de Pascua...



lunes, 2 de abril de 2012

El Gallo y las "femmes de ménage"

Una "femme de ménage" no es otra cosa que "señora de la limpieza" en nuestro mexicano. 


Cosas curiosas para nuestra idiosincracia, aunque el poder adquisitivo de la clase media francesa les permitiría el lujo de recibir ayuda para mantener el hogar en orden, el tener a una persona que ayude en estas labores es visto como algo sumamente snob, burgués y cualquier otro adjetivo similar.

"Al diablo el quehacer y viva el tiempo libre"
Un hogar de clase media, si acaso, recibirá a una femme de ménage una vez por semana y eso ya es bastante extraño. Si la familia de la que hablamos posee un château con viñedos o cabezas de ganado, entonces la servidumbre será algo natural y necesario.


Hay que ver, también, que la semana de 35 horas permite que tanto hombres como mujeres tengan el suficiente tiempo para dedicar unas horas al necesario cuidado de su entorno familiar, incluida la limpieza de la casa. 

Además, por muy poco tiempo libre que tengan, por mucho dinero que ganen, el tener a una persona a su servicio de esta forma es visto como algo cercano a la esclavitud, una relación que denigra al otro por mucho que exista un contrato, seguro de desempleo y de salud, etc -todo esto, claro, si la contratación es a través de una agencia; si se hace "au black" (ilegalmente) no hay nada.

Todo esto contrasta con la mentalidad mexicana que ven en la posesión de una "muchacha" un sinónimo de estatus

Por ejemplo, mis vecinos, cuyos ingresos provienen en parte de un puesto de antojitos, tienen dos femmes de ménage: una de planta y otra que viene ocasionalmente. Su casa, sobra decir, no es una residencia en Las Lomas (ni Angelópolis ni de Chapultepec).

Y cuando el Gallo sale de Francia, la cosa no cambio mucho. Anne Stéphanie, mujer parisina con estudios de maestría, reside en Puebla. Por diversas circunstancias ha aceptado contar con una "muchacha" que la ayuda en el hogar a pesar de que sus únicos compromisos diarios son dos horas de clases de español.

La situación la pone tan incómoda, que siempre encuentra un pretexto para ayudar y aminorar la carga de trabajo de su empleada. Mientras ésta aspira en el piso de arriba, Anne Stéphanie lava los trastes.

-Señora, tenemos un problema - le dijo un día la susodicha mucama.
-Ah, sí... - contestó preocupada la Señora de la Casa temiendo haber dicho o hecho algo culturalmente inaceptable.

Y sí, lo culturalmente inaceptable es que "si sigue ayudándome, no voy a tener trabajo que hacer aquí, y así yo no puedo...".


En otras ocasiones, el motivo de problemas fue que, tras fiestas de fin de semana, la Señora le pagó algunos pesos extras por tener que limpiar soberano desorden. "No necesita pagarme más. Este es mi trabajo".