viernes, 22 de julio de 2011

El Gallo y las cervezas

La oferta de bière es abundante en Francia. Como en otros países europeos, una de las ventajas del Espacio Schengen se observa en la facilidad de encontar produtos de todos los vecinos, incluidas unas bien frías.

Hoy, en una visita por un supermercado, me di a la tarea (ociosa) de anotar las marcas que ofrecía este establecimiento. Sin ser un lugar especializado, conté más de 30, a lo cual ha de sumarse que algunas opciones ofrecen dos o más tipos específicos: la rubia, la oscura, la que tiene limón, etc.

Las de mejor sabor según mi paladar -y la opinión general, me atrevo a decir- son las provenientes de Bélgica. En el caso de las francesas, la mayoría son producidas en el norte, en la región fronteriza de Alsacia -al ladito de Alemania- cuya ciudad principal es Strasbourg. Las checas son también codiciadas.

Las de "cajón"
(o las que toda tienda debe vender).




Leffe - belga. De entre las que se encuentran en casi cualquier tienda o bar, una de las mejores. La que he más he tomado por lo mismo.









Kronenbourg (o simplemente "Kronen"). francesa, de Alsacia. De las más populares; de las que toma todo el mundo, sobre todo, el "pueblo". La más vendida en el país -una de cada 5 cervezas consumidas por el Gallo es Kronenbourg. En lo personal, no soy tan fan.








Carlsberg, danesa. Su eslogan: "probablemente la mejor cerveza del mundo". No recuerdo haberla probado...








1664, francesa, de la familia de Kronenbourg. A su vez tiene diferentes tipos: rubia, oscura, dorada, malta, edición navideña...










Heineken, nerlandesa. Popular en todo el mundo y conseguible en México también.








Desperados (también conocida como "échame una Despe'"), francesa. Elaborada en Alsacia por la compañía Fischer. Su particularidad -además de ser la favorita de Marjorie- es que contiene tequila. Popular entre los latinoamericanistas por aquello del destilado de agave azul... Hay también una versión con guaraná, tequila y caçaca (el alcohol brasileño que se usa en la caipirinha).




Las "ni muy-muy ni tan-tan".
(las que no se encuentran en todos lados pero tampoco son rarezas)

Pilsner Urquell (en alemán) o Plzeňský Prazdro (en checo). Producida en República Checa. De las más comerciales (y populares) en ese país y en otros de Europa.
















Stella Artois, belga. Según su ficha de Wikipedia en francés, temperatura ideal para servir, 3°C.









Hoegaarden, belga. Cerveza blanca. Aún no la he probado pero está en mi lista.









Pelforth, francesa. La cerveza del pelícano, por su imagen, la cual viene del nombre original de la compañía, creado por empresarios de Lille, Brasserie du Pélican. Actualmente pertenece al grupo de Heineken. Parte de mi top 5.







Las más "artesanales"


Fischer, francesa, producida por la compañía del mismo nombre. La verdad no sé qué tan artesanal sea, pero la forma de presentarla me gustó desde el principio. Su botella tiene una tapa particular que cierra a presión y el logo está en relieve sobre el mismo vidrio lo que para mí la hace más "elegante" y le da un valor agregado. De hecho, la botella para agua de la casa es una de éstas. De sabor ligero, está entre mis favoritas también.




Jenlain, francesa. Producida en la comuna del mimso nombre, en la región llamada Nord-Pas-de-Calais, en lo más al norte -que para los sureños es casi como el Polo. De hecho, todo lo que está arriba de París son tierras de eterno invierno para muchos franchutes Como con la Fischer, lo "artesanal" para mí le viene a esta cerveza por su presentación; por esa botella de un litro como si fuera vino, con corcho y toda la cosa. En cuanto a sabor, bastante agradable.




La Goudale, francesa. Elaborada también en la región de Nord-Pas-de-Calais, de las tres "artesanales" es la que más me gusta. Su botella es igualmente algo que me agrada, con una etiqueta sencilla y el corcho que, no pregunte por qué, le da un aire más chich.












Las de sabores
(o a las que el sabor a cerveza no les es suficente)

Además de la Desperados, hay un par de marcas que vi hoy que ofrecen sabores peculiares.

Adelscott, francesa. De la misma familia que la Desperados, es decir de la cevecería Fischer, de Alsacia. Cerveza más whisky. Habrá que probarla.








La Becasse, belga. Cerveza más cereza. Suena bien también. Otra agregada a lista de próximas a degustar.









Las americanas
(o las que vienen de México y EUA)

Corona, mexicana. ¿Cómo va el eslogan? "En México y en el mundo, la cerveza es..." Pues sí, aquí también. La cuarta más vendida en todo el mundo. 






Sol, mexicana. Para "la" calor, tómate una Sol...










(Aunque en mi estudio de hoy no había Bohemia, también es posible encontrarla; mi favorita en México).

Budweiser (or just "Bud"), estadounidense. Creo que nunca la he probado y no se antoja, la verdad.









Las vistas por primera vez
(o las que vi por primera vez...hoy)


Chimay, belga. Producida por monjes del Cister de la estricta observancia, también conocidos como trapistas o trapistas o trapenses. Existe incluso una "etiqueta" o denominación de origen que garantiza que una cerveza fue efectivamente producida en una de sus abadías. Aunque la orden tiene su origen en La Trappe, en Normandía (norte de Francia), esta chela en particular viene de un monasterio cercano a la ciudad de Chimay, en Bélgica.





8.6, ¿alemana?. ¡No! Nerlandesa. Aunque la lata dice Bavaria, los alemanes nomás proporcionan los "hops" son flores que le agregan al aroma de la cerveza. A pesar de que Alemania es un país relacionado con la cerveza -el Oktober Fest, por ejemplo- me he dado cuenta que es más bien consumidor pero no productor -o al menos no las exporta-.







Asahi, japonesa. Propiedad de la compañía del mismo nombre.










Atlas, nerlandesa. 










Faxe, danesa. Este "modelo" en particular es de 10° de contenido alcohólico, aunque producen desde 5°.









9 X, francesa. Lagger extra fuerte.










Amsterdam, nerladensa. (Siguen sin aparecer las alemanas. ¿No les dije...?).







Affligem, belga. Producida en la abadía benedicta de la ciudad del mismo nombre (parte nerlandesa de Bélgica).









Blonderbräu. Rubia, "de lujo" de acuerdo a su publicidad. Mismo eslogan que la Superior mexicana, ¿qué no?







  

Faro, belga.






Grimbergen, belga. Parte del grupo Carlsberg.










Hinano Tahiti, francesa (de rebote). Producida en Tahiti en la Polinesia francesa. Ergo, francesa...








Duvel, belga. Tipo triple, o lo que es lo mismo, de sabor y contenido alcohólico fuertes.


















Paulaner, alemana. ¡Finalmente! Producida en Münich.














Las vistas por primera vez y cagaditas

Rince Cochon, francesa. Significado literal: enjuague de cerdo. ¿Hace falta decir más?














Mort subite, belga. Además del nombre -que significa lo que suena en español- su peculiaridad es que hay de distintos sabores: cereza, durazno y frambuesa, entre otros.








La que estoy disfrutando en este momento
(o lo que es lo mismo, la que me acompaña mientras blogueo)


Maredsous, belga. Específicamente es una Maredsous Triple, de 10° que, con el estómago vacío, ya se me empezaba a trepar. ¡Pero llegó el pan y el camembert a salvarme! De acuerdo a su etiqueta, "una cerveza de abadía (producida en...) de alta fermentación, elaborada según la tradición de los benedictos (pinchis monjes alcohólicos...). Hecha en la comunidad 'abadezca' de Maredsous. Refermentada en botella con dos meses de maduración (¿la cerveza o la botella?). La Maredsous Triple se saborea mejor entre 6 y 10°C".

Creo que eso significa que su sabor es fuerte y ¡delicioso!


(Si le hacen al francés y les interesa conocer sobre cervezas, en esta página hay mucha información: http://www.guidedesbieres.com/ anunciada como la "Primera guía francofona sobre cerveza).

jueves, 21 de julio de 2011

Airbus = Toulouse

Otra vez la burra al trigo, como dirían en mi pueblo. ¡Sí! La relación Airbus-Toulouse es algo interesante a observar. No sólo entre la ciudad y esta empresa sino entre ella y todo el sector de los "cielos".

Pero mejor, éntrenle a este post publicado en el blog del proyecto sobre el barrio Bayard, donde acabamos de publicar algo al respecto, con una pequeña ficha turística sobre Toulouse, ciudad de las tecnologías.


El escritor y piloto Saint-Exupéry,
integrante de la compañía pionera Aéropostale, con sede en Toulouse

lunes, 18 de julio de 2011

El Gallo y el Estado de Bienestar


Conocía, antes de vivir en Francia, esto que los países europeos llaman el Estado de Bienestar. "Prestaciones" que todo ciudadano tiene a nivel laboral y, podríamos decir, familiar o personal, como apoyo para la educación -no sólo educación gratuita sino becas para costear hospedaje y otrs gastos-, programas de ayuda social diversos, seguro de desempleo, semana laboral de 35 horas, 5 o más semanas de vacaciones...

Eso suena muy bien, sobre todo cuando en México -en teoría- tenemos 40 horas de trabajo a la semana (si bien nos va), apenas una semana de vacaciones, educación gratuita que en verdad no lo es -no olvidemos uniformes, libros, cuotas de esto y el otro, y un largo etcétera que aplica de acuerdo al plantel...-.


Sin embargo, no todo es blanco y negro. Desde que llegué empecé a escuchar historias de personas que dan por sentado todos estos beneficios que las generaciones anteriores ganaron y que ahora mucha gente sólo se dedica a disfrutar (y abusar, a veces) sin hacer nada para que esta situación favorable continué para las generaciones a venir.

Desde mayo pasado, Marjorie y yo trabajamos en un proyecto con Cinearte, el lugar donde trabajaremos de regreso en México. Una de las actividades específicas es la grabación de un documental que abarcará distintos temas. A través de un blog -www.bayardencinearte.blogspot.com- compartimos con los estudiantes que realizarán este trabajo audiovisual todos los temas que consideramos podrían incluirse en esta fotografía de Francia.

Sobre las ayudas sociales hemos escrito tres posts, los dos últimos donde compartimos una traducción de fragmentos del reportaje de la revista Le Figaro sobre el asunto. Aquí la liga a los tres textos.

Investigación sobre la Francia de los asistidos.
Estas ayudas que desaniman el trabajo.

sábado, 16 de julio de 2011

Azul, blanco y rojo: La decepción en Toulouse

No hubo Marseillaise. No hubo bandera pintada con fuegos artificiales en el cielo. En su lugar, la música de Hollywood y Walt Disney acompañaron un espectáculo al que, para mi gusto, le faltó corazón (galo).

La antesala fue alegre y llena de variedad. Desde las 6 de la tarde, el pasaje Jean Juarès se empezó a llenar de gente, de la comida y bebida de los propios restaurantes que sacaban sus barras a la banqueta, y también de tres grupos musicales poco convencionales. O al menos, su forma de presentarse este día era poco convencional.

Primero estos primos franceses de AC/DC que interpretaba canciones de rock clásico como "Born to be wild", siempre con el vocalista portando un altavoz en lugar de micrófono:

En segundo lugar, en dirección a la Mediateca, donde se encontraba el escenario principal, estaba Le Comptoir des Fous, con su jazz alegre y un poco más galo -sé que el jazz no es francés, pero siempre me ha parecido un género que va muy bien con este país...

Y ya a unos pasos del escenario principal, esta extraña pero agradable experimentación sonora:

A eso de las 8 y media, como estaba anunciado, el concierto inició con una Orquesta de ciudadanos, que incluía niños y cantantes no profesionales que declamaron un poco sobre los valores de Francia -la típica "igualdad, libertad y fraternidad"- en voz de pequeños de distintas razas, desde el franco-francés bien rubio, hasta el ni{ño francés de origen africano.


Luego, un preámbulo rap interesante, para finalmente llegar a Cali, artista que disfruté bastante y que ofreció un espectáculo lleno de energía y que en varios momentos puso a cantar y aplaudir a una asistencia que me pareció fría, sobre todo considerando que era el día de su Fiesta Nacional.

Hasta aquí, todo bien. La decepción vino con los fuegos artificiales, los cuales fueron disparados desde la Mediateca José Cabanis, y cuyo arco sirvió para colocar algunos artefactos pirotécnicos que daban vueltas y formaban distintas figuras.

Lo primero que los oídos de todos escuchamos como musicalización del espectáculo fue el tema principal de Los piratas del Caribe. A manera de broma, yo justificaba la selección: "Claro, el protagonista es Johnny Deep, el cual está casado con una francesa. ¡Es obvio!"

La siguiente, otro tema de película gringa, que no pudimos identificar pero que, nuevamente, no tenía nada de francés. De pronto, Yann Tiersen y una de sus composiciones para Amèlie pusieron el tono galo al asunto, pero sólo por unos minutos, pues vendría después Misirlou, incluída en Pulp Fiction, y luego uno de los tantas composiciones de Danny Elfman para alguna película de Burton -que otra vez no pude reconocer bien.

"Ah, claro. Mira: en Pulp Fiction Travolta le cuenta en una escena al personaje de Samuel L. Jackson que los franceses ahogan sus papas en mayonesa... Ahí está la relación, ¿que no la ves?", bromeaba de nuevo ya en franco estado de decepción.

Lo único que podía salvar la noche era un gran final con luces azules, blancas y rojas pintando el cielo de este 14 de julio. Nunca llegaron... Como tampoco llegó la silueta del castillo de Disneyland elevándose al fondo de la Mediateca, pero juro que faltaron segundos para que eso sucediera...

jueves, 14 de julio de 2011

Azul, blanco y rojo


Hoy será mi primer 14 de julio en Francia. La noche promete fuegos artificiales, música y mucho colorido, todo en el pasaje de Jean Juarés, a unas cuadras de casa. Como plato fuerte, el ayuntamiento de Toulouse traerá al cantante Cali, originario de Perpignan, la ciudad catalana más importante de Francia.

Según su ficha de Wikipedia en francés, Cali está "a medio camino entre la chanson y el rock, reivindicándose como un artista preocupado por los problemas de la sociedad y del mundo, y quien no duda en mostrar su postura públicamente. Muchas de sus canciones intentan ser testimonios sobre la dificultad y la alegría de amar en este principio de siglo".
Cali y su canción Resistance, en vivo

De acuerdo a la prensa local, para esta noche la asistencia esperada será de ¡190 mil personas! Veremos si lo aguantamos. Al menos me gustaría escuchar la Marseillaise en vivo y luego retachar a domir para mañana estar frescos para mi primer bautizo católico franco-latino, en un pequeño pueblito enclavado en los Pirineos. ¡Toda una experiencia también!

El himno nacional francés, versión rock...


...y en su versión tradicional, con subtítulos en español.

lunes, 11 de julio de 2011

Cocorico Canta El Gallo (5)

Última entrega de la calomna Cocorico, aparecida en Los Subterráneos a principios del mes. Esperen el siguiente mes un poco de ¡rap franchute!

Llámenme Johnny


Jean-Philippe Smet es el verdadero nombre de Johnny Hallyday, personaje amado por unos, ridiculizado por otros, fotografiado por cientos, y comentado y escuchado por millones a lo largo de más de 50 años de carrera.

Sea cual fuere la opinión sobre su persona o su obra, lo que no pueden negar los franceses es su posición de ícono. En él, en una sola figura y una sola voz, la música tiene un registro de la evolución del rock cantado en francés.


Como muchos roqueros de los 60’s surgidos fuera de EUA o del Reino Unido,  interpretó versiones de melodías catapultadas por otros en inglés. Entre su repertorio se cuentan Itsy Bitsy Teenie Weenie Yellow Polka Dot Bikini (El bikini amarrillo en México), Black is black de Los Bravos y muchas otras de Elvis, de quien es admirador desde el inicio.

Lo que sólo una figura como Hallyday puede contar es la colaboración de Jimmy Page en Psychédélic y À tout casser; el hospedar a Bob Dylan durante una estancia en París en 1966; el actuar en una película de Godard (Détective de 1985) o en una laureada en el Festival de Venecia (L’homme du train de 2002); o el ser en parte responsable de la carrera de Jimi Hendrix, ya que fue en uno de sus conciertos, en octubre de 1966, que la leyenda de la guitarra, con su recién formada Jimi Hendrix Experience, empezó a darse a conocer*.

¡Con Jimmy Page en la guitarra!

Contar la historia completa de este fenómeno sería motivo de varias biografías, como las que abundan en el mercado. Para dar una idea de su carrera, algunas cifras ayudan: más de mil canciones, 38 discos de oro y 18 de platino, 100 millones de álbumes vendidos, 400 giras y 15 millones de espectadores, y esto hasta principios de este siglo.*

Ya en terrenos menos fríos, hay que decir que la propuesta musical de Smet es tan amplia como su propia carrera. En un extremo del abanico encontramos las melodías cursis de sus primeros años, muy en el tono del rock and roll de los 50’s, rodeado de una fanaticada frenética muy a lo teen star. Temas como Je suis l’idole de jeunes (Soy el ídolo de los jóvenes), Be bop a lula (cantada en inglés) o Frankie et Johnny son testigos de ello.

También hay un Johnny bien instalado en el sonido y el ambiente sesenteros con Maintenant ou jamais (Ahora o nunca) y La génération perdue (La generación perdida), con esos metales que ponen el acento en el momento preciso; o Si j’étais un charpentier (Si yo fuera un carpintero) y la ya mencionada Psychédélic con sus letras “inmorales” sobre carpinteros casados con una tal María a punto de parir, o sobre ver sonidos y oír colores mientras el protagonista se transforma en humo…

Si yo fuera un carpintero, en vivo en el Stade de France (1998) 
con un ligero ritmo entre bluserón y caribeñón.

Otro género que no le es ajeno es el blues, con discos como Nashville 84 o Destination Vegas, para aterrizar finalmente en el siglo XXI con un sonido rock  más duro, y con una voz rasposa que no oculta las miles de horas invertidas los escenarios y estudios. Para comprobar esto último, Guitar Hero, Tanagra o cualquier otro título del disco Jamais seul (Nunca solo) de 2011.

Hallyday en el siglo XXI

¡Larga vida a Jean-Philippe Smet! Nos leemos y escuchamos en otro Cocorico.

*Datos obtenidos del libro Johnny Hallyday de A à Z de Anthony Martin. Edit. Music Book, 2003.

Alonso Fragua
fraguando@hotmail.com
Twitter: @esquizz0

jueves, 7 de julio de 2011

La Fiesta de la Música en Toulouse

Sonoridades brasileiras, en las calles de Toulouse.
La Fête de la musique se celebra desde los tiempo de Mitterand el 21 de junio, día del inicio del verano. Poco a poco, esta celebración se ha extendido por todo el mundo y hoy una centena de países tienen alguna actividad relacionada.

En la ciudad de Puebla, por ejemplo, recuerdo que hace poco más de 10 años, el Sindicato de Músicos organizó un acto en esta fecha para establecer un Record Guiness, al proponer el espectáculo musical ininterrumpido más largo del mundo. La idea era tener a varios grupos tocando sin parar en distintos escenarios, un primer año por 24 horas, y cada año aumentando hasta llegar a dos, tres o más días. Desconozco si siguen haciéndolo, pero este año, el ayuntamiento invitó a diversos eventos en diferentes plazas, no sólo el 21 sino a lo largo de más días.

Los tambores de la Madre África en el corazón de la Ciudad rosa.
Regresando a Francia, y en particular a Toulouse, la experiencia de la Fête de la musique es algo que me sigue soprendiendo. Tan sólo unos días después de notar una cierta "pasividad" del público en Río Loco, la locura que se extendió por las calles de la Ciudad rosa fue particularmente contrastante. Como diría Ana, mi amiga argentina, jamás había visto tanta gente en mi vida. Era como si no hubiera quedado un solo edificio ocupado y la gente hubiera decidido invadir la ciudad, escuchar música, saltar, y, desgraciadamente, beber hasta vomitar.

El boulevard Metz, cerca de las 8 de la noche.
La masa humana se extendía  hasta el Puente Nuevo.
Cerca de las 4 empezaron las primeras presentaciones en el escenario que el ayuntamiento colocó en el Capitole. Ahí escuché un par de canciones de los roqueros de Dancers in red, cuyo sonido y energía me agradaron bastante.

Dancers in red

Después iniciamos el recorrido por todas las calles y plazas alrededor del centro, listos a descubrir sonidos y también sabores. Hay que saber que ese día, además de que toda expresión musical está permitida, otras muchas cosas que regularmente requieren permiso, como los puestos callejeros de comida, son tolerados. Cualquier otro momento, el poner un puesto de tacos requeriría de trámites engorrosos. El 21 de julio no. ¿Quieres sacar una cubeta y vender cervezas a 1 o dos euros? ¡También puedes!

Este es el segundo año que Banja decide vender tacos al pastor en este día:
ningún permiso, ninguna "cuota", muchos clientes.

Y en el plano estrictamente musical, cualquiera con un triángulo, o unas maracas o una banda más armada se puede apropiar de una plaza y montar su espectáculo, ya sea por el placer de compartir su talento o con la intención de pasar el sombrero.

Algunos Dj ofrecían sus sets originales, otros funcionaban como rocolas humanas
Así, ese día escuchamos música africana, árabe, un par de batucadas, un grupo de chicos de no más de 14 años que interpretaban covers de los Red Hot Chili Peppers que decidieron colocarse frente a una estación de metro, varios Dj's apostados afuera de bares o restaurantes (cuyos repertorios incluían desde David Guetta hasta Michael Jackson), un poco de chanson, de jazz, de blues, rock, metal y más, mucho más.

Con o sin amplificador, en una esquina o una cuchilla.


La Monja roquera, colocada a las puertas de la Iglesia de Taur.
A un lado, una pantalla compartía la letra de su canción.

Algunos grupos que contaban con el apoyo de negocios, se presentaron sobre tarimas
y con ingenieros de sonido supervisando la calidad.

A pesar de la variedad, lo que me pareció más interesante fue el ver la reacción de la gente; la forma en que los tolosinos aprovechan ese día para desgreñarse, sacar toda su energía y, en algunos casos, olvidarse de sus "modales" y de las restricciones sociales.

Para la anécdota:
El último grupo que escuchamos fue uno tradicionalmente sureño, llamada "banda", compuesto por metales -saxofón, trompeta, trombón y tuba- y cuyo repertorio incluye melodías francesas, pero también españolas -muy en el ambiente taurino-. El climax de su presentación, al menos para mí, fue cuando tocaron ¡La Adelita! Aunque aquí la conocer como Caracas, saben su nombre original aunque no su significado histórico. Lo que les gusta es la melodía jovial.

El día se acabó cerca de las 10 de la noche,
pero la Fiesta de la Música siguió hasta las 5 de la mañana...