domingo, 17 de abril de 2011

El Gallo y la Muerte

Siempre he creído que la visita a un cementerio es una forma interesante de conocer mejor a una comunidad -desde un pequeño pueblo hasta un país en general.

Esta mañana decidimos rentar por segunda ocasión un par de bicicletas. El plan original era recorrer el Canal de Midi. No obstante, en el camino vimos la entrada de lo que parecía un parque y decidimos tomar un pequeño desvío. Resultó ser el Cimentière de Terre-Cabade.




Según el folleto oficial, el Cementerio de Tierra Cavada fue abierto en 1844, reemplazando al anterior que databa de 1780. La entrada ostenta un par de obeliscos, concebidos por el arquitecto Urbain Vitry, "inspirados en el antiguo Egipto".
 
Tumba de la familia Valette, que data del año 1796. 
Una de las amantes de Luis XV 
llevaba por apellido De la Valette...

Algunos de los personajs famosos que descansan aquí y que tienen algún significado para mí son:

-José Cabanis, alcalde de Toulouse en el siglo XIX y quien da nombre hoy a la mediateca principal de la ciudad.
-Santa Helena (1840-1845), santa no canonizada sino reconocida solamente por la comunidad local.
-François Verdier, famoso resistente, ejecutados por los alemanes en 1944. Hasta antes Verdier para mí tan sólo una estación de metro de la línea B...

Ayer en las afueras de la ciudad, 
hoy a la vista de cités de interés social...

Aunque dicen que todos somos iguales en la muerte, me parece que eso es una gran falacia. En un cementerio vemos las diferencias entre los burgueses -con sus mausoleos familiares de dos o tres metros de altura y las placas en mármol deslumbrantes- y los que ni siquiera tuvieron los medios de agregar el nombre del difunto.

¿O por qué no, colocar una reja alrededor de la tumba de un grupo de sacerdotes para protegerlos de cualquier mal, o levantar un gran monumento a otros hermanos de colegios cristianos?




Además, como imagino que se encuentra a lo largo de Europa, no falta el recuerdo a los caídos en las dos grandes guerras; a los héroes que defendieron la patria y también a aquellos que a kilómetros de su terruño lucharon por los intereses coloniales de Francia.

Marianne es el símbolo de la patria francesa. 
Es la forma humana de la igualdad, fraternidad y libertad


En vida o en muerte, el aprendizaje de una cultura está por todas partes. 

"A mi padrino, el mejor recolector de champiñones
y buscador de tesoros". 


"Hasta pronto"

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