martes, 19 de abril de 2011

El Gallo y el "Oriente"


Dicen mis apuntes de la clase de literatura:
"La palabra Oriente designa, en el siglo XIX, un espacio (...) que se extiende alrededor de los límites orientales del Mediterráneo: Grecia, Turquía, Siria, Palestina, Egipto, teniendo por capital, si no por centro, a Constantinopla. Espacio mixto, islamo-cristiano, que fue objeto de fascinación hasta el fin de la Primera Guerra Mundial.



"El viaje a Oriente representa por los franceses un rito de transición burgués por el cual se accede al conocimiento. Es un concepto turístico pero también un periplo simbólico en busca de una herencia cultural”.


 Chateaubriand (1768-1848), 
autor de periplos literarios tales como 
"Memorias de ultratumba" e "Itinerario de Paris a Jerusalem"
Digo yo:
Hoy, para nosotros los americanos, ese “periplo simbólico en busca de una herencia cultural” se hace a través de latitudes europeas, inspirados más en películas (gringas) que en una necesidad genuina, nacida de nosotros mismos.  
¿Y qué tal si hacemos esta búsqueda en nuestro propio territorio, en las raíces de nuestra propia tierra

Y a pesar de todo, yo me incluyo en esa lista de individuos que han venido al “Viejo Continente” a realizar su periplo; el mesoamericano vendrá pronto, lo prometo.

2 comentarios:

  1. querido gallo.
    tiene toda la razon muchas veces tratamos de empapanos de la cultura extranjera antes que de la propia. Espero que Ud. conozca mucho mas a México que mm.

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  2. Aquí algunos fragmentos de la obra de Chateaubriand, "Itinerario de París a Jerusalem" (1811):

    ‎"...el verde de los árboles; los colores de las casas blancas y rojas; la mar que se extiendía debajo de todos estos objetos con su mantel azul, y el cielo que desenrrollaba por encima otro campo azul: eso era lo que admiraba. No se exagera al decir que Constantinopla ofrece la vista más hermosa del universo". //

    "...la verdure des arbres ; les couleurs des maisons blanches et rouges ; la mer qui étendait sous ces objets sa nappe bleue, et le ciel que déroulait au-dessus un autre champ d'azur : voilà ce que j'admirais. On n'exagère point, quand on dit que Constantinople offre le plus beau point de vue de l'univers."

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