miércoles, 9 de febrero de 2011

Errores culturales (2)


Mi segundo error cultural llegó la segunda noche que trabajé solo en el hotel. Luego de permitir la entrada de una mujer que se presentó tan sólo por su nombre de pila y que vestía ropas un tanto sugerentes, recibo la llamada de una voz en inglés que me pregunta si tenemos condones.

“Un momento señor, reviso el botiquín”.

Un minuto después estoy sacando vendas, alcohol, curitas, pastillas de varias formas y colores y otros chunches como una caja de tampones. Regreso al teléfono para informar al huésped que “no, lo siento señor; nada de condones…”

A la mañana siguiente, hago el comentario a mi compañero –que lleva trabajando dos años en el lugar- y le digo, “bueno, está bien, son del tipo de cosas que el señor o su compañera deberían traer, sobre todo si tienen esos planes, y sé también que no somos un motel pero creo que un hotel cuatro estrellas debería tener todo, hasta condones, no crees?”

“Pero claro que tenemos… Mira”.

Al instante, me muestra una caja azul metálico que había visto la noche anterior pero que jamás pensé que fueran condones. La marca no me decía nada y la forma de la caja –alargada como de jarabe- tampoco me indicó que fueran preservativos. En mis visitas a las farmacias, lo único que he notado sobre el tema es que la única marca que conozco es Durex; nada de Trojan, Sico –o Simicondon, por su puesto-.

Así que, por segunda jornada consecutiva, mi cultura me hizo cometer un error en el ámbito laboral - y no son el tipo de cosas que te enseñen en la clase de Vida socioprofesional en Francia.

Creo que esta era la marca. Si hubiera buscado bien la informacion, 
seguro la encontraba...

2 comentarios:

  1. Jajajajjajajajajajajajajajaja me encanta ese blog!

    ResponderEliminar
  2. Que bueno que alguien la haya hecho gracia porque al huesped no creo que mucho jaja.

    ResponderEliminar