Cuando en el trabajo existe la oportunidad de hablar inglés en lugar del cotidiano francés, la tomo sin dudar. No es que desprecie a la lengua del Gallo, sino que el inglés ocupa un lugar más importante en mi cerebro por cuestiones cronológicas. Sobre el español, bueno, ya ni es necesario aclarar. Sin embargo, cuando te enfrentas a una lengua tan lejana a la tuya -como el checo-, el sentimiento de "añoranza" por la lengua de Molière se siente, y se siente de manera importante.
Como dice Marjorie, Praga es una ciudad hermosísima. Su único defecto, el idioma...
Praga, con su checo y sus aires repletos de música...
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