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Imagen obtenida de www.laeconomia.com.mx |
Sin embargo, el resultado no es el tema de este post, sino el proceso para llegar a él.
Si yo les compartiera tres detalles sobre esta jornada a mis suegros en Francia, sería objeto de risas y/o miradas de desconfianza y preocupación por saber que su hija y yerno viven en un país así.
1) La ley seca: Para mí ya casi es natural que un día antes de la jornada electoral no se venda alcohol, a pesar de que tengo bien claro de que "las mejores fiestas se dan en ley seca" como escuché a muchos decir y a otro tantos tuitear. Simplemente hay que abastecerse unos días antes ¡y listo! Lo triste aquí es que el gobierno tiene que inhibir que la gente se alcoholice y no vaya a votar o que se torne violento cerca de una casilla.
De acuerdo a Wikipedia, "en Argentina, Bolivia, Chile, Colombia, Ecuador, El Salvador, México, Perú, Uruguay y Venezuela esta norma [la ley seca] entra en vigencia siempre cerca de cualquier tipo de elección a nivel nacional, como por ejemplo votaciones para Presidente y Congresistas de la República, Alcaldes o Presidentes Regionales". En países que nosotros en América Latina consideramos "menos desarrollados", como los africanos, esto no es necesario. Aquí la dejamos...
2) El IFE y los ciudadanos responsables: Hasta el cansancio el Instituto Federal Electoral (IFE) y uno que otro observador externo, nos han hablado sobre la confiabilidad del proceso electoral ya que éste es organizado y controlado por ciudadanos como tú y yo.
Efectivamente, otros países de la región y del mundo, desde hace años hablan de instaurar institutos similares. Efectivamente, el IFE es una organización de vanguardia en muchos sentidos y su más grande logro fue la alternancia en 2000. Sin embargo, nada es perfecto, y disculpen mi desconfianza y sentido crítico.
Cito los carteles del IFE colocados en las casillas hoy: "¿Quiénes cuentan los votos? ¡Tus vecinos! Los de las casillas son tus vecinos, amigos o familiares, es decir, personas como tú en las que puedes confiar".
Esos mismos vecinos, amigos y familiares que nos piden confiemos en ellos, hoy llegaron tarde a cumplir con su responsabilidad. Mi casilla, en lugar de a las 8 de la mañana, inició funciones a las 9:45. ¿Es tan difícil llegar a tiempo un día en la vida? Si son mis vecinos, quiere decir que viven cerca, ¿no es así?
¿Cómo les voy a confiar algo tan precioso como el conteo de los votos responsable y atinadamente si no pueden cumplir con algo aparentemente más sencillo como es el llegar con puntualidad?
Y no solo fue la mía. Los noticieros y portales informativos nos indican que esto es algo generalizado, hoy y en otras ocasiones: Pide paciencia consejero ante demora en la instalación de casillas. Y esto en Estado de México, y esto en Quintana Roo, y en Chihuahua y...
3) El premio por votar: Y la última y no sé qué tan preocupante, la "recompensa" por votar.
El descuento o la promoción en tiendas, restaurantes y servicios al mostrar el pulgar entintado. ¿Qué el premio y el beneficio en sí no es la oportunidad de expresar qué es lo que quieres para México (IFE dixit)?
En fin... Ahora a esperar las angustiantes horas a que declaren ganador...
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